Conservar un trabajo que nos gusta es una de las mayores satisfacciones que podemos tener a nivel profesional y personal; y que sin duda aporta mucha tranquilidad a nuestra vida y economía.
A veces, nos preguntamos qué deberíamos hacer para conseguir un contrato de trabajo indefinido, y aunque muchas veces no depende de uno mismo, hay ciertos detalles que marcarán la diferencia en tu trabajo.
- No busques hacer el trabajo fácil, sino el trabajo que importa.
- Monopoliza una tarea que nadie más haga.
- Aporta ideas que beneficien a la empresa.
- Haz un esfuerzo adicional. La mayoría de los empleados solo ejecutan, pero no aportan nuevas ideas o asumen responsabilidades más allá de las esperadas.
- Haz feliz a tu jefe, intenta que su trabajo sea más fácil gracias a ti.
- Sé productivo. No se trata de hacer el trabajo de forma rápida, a menudo, cuando lo haces puedes descubrir mejores formas y más eficaces para hacerlo.
- Cuida tu relación con los clientes, si eres fundamental para ellos, también lo serás para la empresa.
- Ten una buena actitud. A todos nos gusta trabajar en un ambiente agradable con personas que parecen estar felices.
- Actualiza tus conocimientos tecnológicos y técnicos relacionados con tu trabajo; así como algún idioma.
- Trata de ofrecer soluciones, invierte tu tiempo en buscar soluciones.
- Mejora continuamente tus habilidades, y potencia algo que está muy de moda, tu inteligencia emocional.
- Sé honesto y digno de confianza. Éstos son los rasgos que los empleadores valoran hoy en día debido a demasiados casos de falta de fiabilidad y desconfianza.
La desventaja de ser indispensable es que tienes que vivir cumpliendo constantemente las altas expectativas, por lo que si llegas a fallar, puede ser muy notorio. Puedes tener que resistir una gran presión porque quizá sientas que siempre cuentan contigo y no quieres defraudarlos. Sin embargo, es mucho mejor que ser visto como indispensable y fallar de vez en cuando a no ser visto como indispensables en absoluto.