Cada vez son más las empresas que empiezan a ver la relación que existe entre la felicidad laboral y un buen desempeño. Aumentar la felicidad y el sentido de pertenencia de los equipos mejora la capacidad de generar valor, crecer y alcanzar nuevas metas; repercutiendo todo ello en la satisfacción de los clientes, y finalmente en los beneficios de la empresa.
A continuación, analizamos algunos de los principios que hacen que las personas sean más felices en el trabajo:
- Relaciones interpersonales. Las personas dentro de una organización se deben conocer desde el punto de vista más personal para generar un clima laboral más fluido.
- Activar las emociones positivas. Incentivar la colaboración, la generosidad, el agradecimiento, la sonrisa o el reconocimiento, sin duda parecen ser vitales para activar las emociones positivas en las personas.
- El bienestar, físico y mental. Llevar a cabo acciones que hagan que las personas de la organización experimenten el bienestar tanto físico como mental, incentivando el ejercicio físico, una alimentación saludable o la formación.
- Los integrantes de una organización deben tener además de su trabajo diario o rutinario proyectos ambiciosos que los rete, pero siempre adaptados y personalizados. El propósito de un empleado no debe ser conseguir el sueldo, debe ser consciente de que su esfuerzo diario contribuye a algo más importante que genera valor a los demás.
- La responsabilidad. Cada miembro de la organización debe adquirir ciertas responsabilidades que le hagan sentir integrado y causa de la consecución de los objetivos de la empresa.
- La confianza. Dejar que los miembros de la organización hagan las cosas como ellos piensan que es lo mejor, y confiar. Cuando confías y das esa libertad, y todos estamos alienados en la misma visión, las cosas funcionan muy bien.
- La carga de trabajo debe ser evaluada periódicamente, tanto las partes sobrecargadas como las más ociosas corren riego de generar sentimientos negativos hacia la empresa y su trabajo.
- La flexibilidad laboral ayuda a los trabajadores a conciliar su vida personal con la profesional y esto hace que se sientan mucho más felices.
- El reconocimiento y valor del trabajo con relación al sueldo, la promoción interna o los beneficios sociales. En este caso, aunque la retribución sigue siendo un básico, se asume que su impacto se interioriza o se olvida pronto, la motivación que proporciona una subida de sueldo dura apenas tres meses.
- El desarrollo profesional. Los buenos mandos han de ser conscientes de quién quiere moverse en su equipo, ya sea por falta de expectativas y motivación o simplemente porque ya no aprende. Por otro lado, un ascenso tampoco se considera un factor definitivo de satisfacción, cuando hay una jerarquía, nuestro deseo natural es llegar a ella, pero muchas veces escalar posiciones no implica que nuestro trabajo o puesto resulte verdaderamente relevante y satisfactorio.
Además de los empleados, los proveedores y colaboradores, terminan de conformar el ecosistema de la empresa, con ellos también se deben desarrollar alianzas muy estrechas para multiplicar el valor que generamos.