Una de las medidas del Gobierno al inicio de la pandemia del coronavirus fue la aprobación del Real Decreto-ley del 17 marzo donde se le daba prioridad al teletrabajo y a la flexibilización para la adaptación o reducción de la jornada de trabajo. La Ministra de Trabajo Nadia Calviño ha señalado que la medida del trabajo ha sido “tremendamente eficaz” para evitar un parón económico.
A continuación, vamos a plantear las ventajas e inconvenientes de esta modalidad.
Se evita las pérdidas de tiempo. Los traslados a los centros de trabajo implican en la mayoría de los casos atascos y colas interminables para acceder a los transportes públicos. La falta de puntualidad no tendría escusa.
Concentración. El trabajo en casa hace que nos adaptemos nuestro propio espacio, creando un clima de confianza y confortabilidad que de otro modo no sería posible.
Conciliación. En muchos casos el teletrabajo viene asociado a flexibilidad de horarios, por lo que el empleado puede distribuirse mejor su jornada laboral. Además, permite que se trabaje desde cualquier lugar. En los periodos vacacionales las familias pueden moverse a hoteles y segundas residencias y seguir ejerciendo su trabajo sin ningún inconveniente, siempre que las condiciones espaciales y técnicas lo permitieran.
Reducción del absentismo. Esta forma de trabajo reduce el número de accidentes y bajas por desplazamientos. El 11% de los accidentes laborales están motivados por los desplazamientos in itinere, es decir, desplazamientos de casa al trabajo y del trabajo a casa. (Fuente: revista.dgt.es).
No hay barreras geográficas. Por un lado, los trabajadores pueden ejercer su profesión en cualquier lugar. Por otro, las empresas que puedan y prefieran implantar la modalidad de teletrabajo pueden contratar a profesionales independientemente del lugar de donde vivan.
Dificulta el trabajo en equipo. Dependiendo de las tareas, el trabajo en equipo es más complejo de organizar ya que se pierde el feedback presencial con los compañeros y responsables.
Incompatibilidades. Determinadas empresas por su estructura organizacional o simplemente por su actividad no podrían implementar el teletrabajo. También sucede que ciertas tareas tengan que realizarse de forma presencial.
Sensación de soledad. Al estar solo trabajando desde casa la sensación de soledad puede ocasionar mermas en la productividad.
Reducción del aprendizaje. Al no existir relación presencial se pierde el aprendizaje colaborativo que surge de las comunicaciones formales e informales en el mismo espacio de trabajo.
Pérdida de control. Si no se cuenta con los medios tecnológicos apropiados puede suceder que haya cierta pérdida de control sobre el desarrollo de las tareas.
No sabremos si el teletrabajo ha venido para quedarse, en aquellos sectores y/o empresas que puedan dar continuidad a este modo de trabajo, pero la experiencia del covid-19 nos ofrece el aprendizaje de que debemos estar abiertos a nuevas opciones y considerar los cambios como fuente de enriquecimiento profesional.